Lo que la vida me enseñó...

Aprendí que: hablamos demasiado, y hacemos poco, sin saber que en realidad un buen gesto, y un detalle pueden hacer feliz a alguien.

Aprendí que: las buenas intenciones, y los buenos actos no se pregonan, sino que se hacen en el más profundo de los silencios.

Aprendí que: aceptar los miedos es la mejor prueba de valentía.

Aprendí que: las cosas malas pasan para probar nuestra fortaleza.

Aprendí que: no hay mejor acto de amor que darle su libertad a alguien para que busque su felicidad.

Aprendí que: la venganza es prolongar tu sufrimiento.

Aprendí que: la envidia y la soberbia son para los perdedores, aquellos que no conocen el sacrificio, y el esfuerzo de conseguir lo que se quiere.

Aprendí que: de nada te sirven los títulos, la posición, el dinero, si no entendes el significado de la humildad, y como ser una mejor persona.

Aprendí que: o tal vez acepté que mi padre se fue al cielo para convertirse en mi ángel de la guarda.

Aprendí que: el valor de las cosas se miden por el significado y no por el costo.

Aprendí que: las más grandes confidencias, las miradas cómplices, y las grandes locuras se hacen con los amigos de verdad.

Aprendí que: no hay persona indispensable hasta que te enamoras profundamente.

Aprendí que: no hay nada más puro que la mirada de un niño.

Aprendí que: no importa la magnitud de los sueños si se hace lo imposible por alcanzarlos.

Aprendí que: no hay riqueza más honesta que ver unas manos después de años de trabajo.

Aprendí que: no hay mejor biblioteca que sentarse a conversar con el abuelo.

Aprendí que: disfrutar de las pequeñas cosas pueden hacer tu vida maravillosa.

Aprendí que: es muy importante decir...estuve mal, perdón!

Aprendí que: ser millonario no significa tener dinero.

Aprendí que: la grandeza está en reconocer los errores.

Aprendí que: el llanto a veces es el resultado de las cosas que no se dicen.

Aprendí que: ser generoso no significa ser débil.

Aprendí que: una palabra amable, una sonrisa sincera, te pueden cambiar el día.

Aprendí que: todo lo que soy se lo debo a las grandes personas que están conmigo desde siempre, y las que fui encontrando en el camino, estoy feliz, orgullosa, y agradecida por eso.

Un comienzo...

Todo comienzo es un desafío, es una prueba de que se puede volver a empezar, iniciar un proyecto, explorar en lo desconocido. Es lógico que te tropieces con el miedo, el está ahí para hacernos sentir vivos, y para que disfrutemos el placer y los nervios de no saber a ciencia cierta que va a pasar cuando estemos dando los primeros pasos en el camino de un comienzo.
Hoy inicio esta aventura, debo confesar que con un poquito de miedo, pero con muchas ganas de querer compartir lo que existe en mi pequeño "lugar encantado", así le digo a mi mundo, ese que está lleno de sueños, fantasías, magia, realidades -esas que son tan necesarias para plantarme los pies en el suelo-.

Hoy le abro la ventana a las palabras, las dejo salir, que vayan y lleguen a donde quieran, a donde me dejen. Hoy estoy venciendo mi timidez, pero a todos los que lleguen a leer estás líneas -muchos o pocos-, les quiero decir que si hoy estoy acá es gracias a una personita que le sopló tanto viento a mis alas que me hizo volar lejos, muy lejos, y me trajo hasta aquí. Gracias Martha Mendoza!!!, sólo te pido que estés ahí siempre para impulsarme a seguir.

Hoy me pongo un traje que me queda grande, ese que guardo y cuando mi timidez se distrae me lo pongo, se que me queda grande, pero me gusta jugar con el, quiero soñar que un día si me va a quedar bien. Siento que este traje se parece a cuando uno es niño y juega con la ropa del hermano mayor o la de los padres, en fin...se que me falta crecer mucho para llenar ese traje que hoy sus mangas largas ocultan mis manos, pero mis ganas de escribir son tan grandes que me atrevo a remangar lo que sobra del vestido para que mis manos puedan volcar en un papel todo lo que mi corazón quiere decir.