En esta fría tarde de invierno, mis ojos están fijos en un punto, mi mente se fue lejos pensando en nada, y llenándome de todo lo que me permita llegar a la creación.
La inspiración no quiere aparecer, las palabras se niegan a ser parte de un verso, y las tímidas notas de una guitarra no le dan vida a una canción.
El cristal de mi ventana me protege de la locura en la calle provocada por la rutina, sólo me dejo llevar, observar, robar alguna historia que unos ojos negros me contarán, si dan en el momento justo con mi mirada. Una sonrisa me hablará de la felicidad de alguien, y una lágrima me contará cuanto pesa una ausencia.
La estufa encendida me recuerda lo que es sentirse en un hogar de verdad, y de querer compartir con alguien especial, interminables charlas hasta que se apague el fuego, y el amanecer te diga que no has dormido nada, y el sueño se ría de la cama porque aún no es tiempo de ir a dormir.
En un momento mi pensamiento vuelve al tiempo real, se calla el silencio, y desde un rincón de la sala la voz de Serrano me dice …“Que va a ser de mi”, yo hago mía sus palabras y me apropio de su canción, y juntos cantamos…Contaré los días; las calles que nos separan; las tardes de domingo esperaré tu llamada; maldeciré a las parejas que abrazadas, sueñan con habitaciones de hotel desocupadas; y odiaré con calma tu risa; todas mis palabras; nuestra despedida…Y mientras odio a Serrano por decir lo que yo no me atrevo, asumo los miedos, y extraño hasta agotar los recuerdos, la vida continua afuera.
Creo que hoy no me vendría mal uno de esos abrazos que Galeano plasmó en un libro, y que yo guardo en mi mesita de luz, y te abraza de historias fascinantes que te llevan a soñar despierto, y te enfrentan con crudas realidades que te plantan los pies en el suelo, y aprendes del dolor ajeno, y de la felicidad de otros, de países con hambre de justicia, y de hombres y mujeres vestidos con trajes invisibles de héroes.

El día aún no termina, y yo ya hice un largo viaje, abracé historias, me robé una canción, llegué tarde a la vida de alguien, alguien llego demasiado temprano a la mía, y se marchó porque no supe que decirle, y la vida afuera sigue. Ya vendrá el tiempo de que alguien robe mi melodía, y quiera compartir mi historia, pero aún no es el momento, la inspiración no llega, creo que necesito una táctica y estrategia cómo la de Benedetti, para que con las notas y cuerdas de Soraya, yo pueda escribir versos, y lograr que mi guitarra termine una canción.