Hace tiempo que te quiero escribir, no sé si por falta de valentía, y por no querer llorarte una vez más no lo había hecho, pero hoy tengo la necesidad de hacerlo, no lo niego, estoy frente a la computadora con las manos temblorosas y un nudo en la garganta, pero aún así las palabras quieren salir, y yo me entrego a ellas para regalarte éste momento.

A pesar que ya pasó mucho tiempo, todavía tengo tan presente todos los episodios que vivimos juntos, la pasión con que hacías las cosas; el talento para crear de la nada maravillas; la paciencia para explicarme mil veces lo mismo; tu increíble solidaridad para ayudar a todo aquel que lo necesitara; y el inmenso amor por los que estaban a tu lado; ese conjunto de cosas eran muchas de las cualidades que te hacían un ser especial, y no se notaba el carácter “tano” que te heredaron tus abuelos, que es el mismo que tengo yo.
Son poquitos los recuerdos que tengo, pero los revivo a diario para no olvidarlos; irte a encontrar cuando volvías del trabajo; esa inmensa e inexplicable felicidad que me provocaba ver que me estabas esperando cuando salía de la escuela; sentarnos a contemplar las noches, y contar satélites -eso me hacías creer-; toda aquella súper producción, para que yo viviera cómo nadie la llegada de los reyes magos; todos esos recuerdos están más presente que nunca hoy.

Ay viejo!!! no quiero ponerme triste, pero te pido que me entiendas, fue difícil para mí despertarme un día y ver que te habías ido para siempre, ni siquiera me pude despedir, no me acuerdo si te abracé, si te dije que te amaba mucho. Todos los días te extraño, es que te fuiste antes de tiempo, y te llevaste contigo todos los cuentos que no pudiste leerme, los abrazos de consuelo para no sentir miedo, las cosas que no pudiste enseñarme, y algo de mi alma también te llevaste.

Ya pasaron varios años de tu partida, te cuento –aunque ya lo sabés- que estoy muy bien; mi vida está bastante organizada, aunque te confieso que a veces no puedo con ella; trato de ser una mejor persona todos los días; hay sueños que todavía no alcancé; tomo todo lo positivo, y disfruto de las pequeñas cosas y así consigo ser feliz, a las experiencias negativas le busco un lado bueno, me ayudan a crecer; sigo tan sensible cómo cuando tenía 7 años; y todos los días te recuerdo.
Me lleno de orgullo cuando mi mamá, o una persona que me cruzo en la calle me dice…sos igual a tu padre, que alegría me da saber que soy lo que vos fuiste, pero en versión femenina, ojalá pueda parecerme un poco más, y llegar a ser el gran ser humano que fuiste, un ejemplo de lucha, un padre excepcional, y alguien tan, tan especial cómo vos; yo creo que por eso te fuiste tan temprano, allá arriba te necesitaban.
Si volviera a nacer me gustaría que fueras mi padre otra vez, pero le pediría a Dios que te dejara un rato más conmigo, aunque creo que siempre estás, antes cómo papá, y desde hace algún tiempo cómo ángel de la guarda.

Donde estés –seguramente es un lugar hermoso- feliz día papá!!!

TE AMO VIEJO!!!