Batallas perdidas.
Nostalgias inesperadas.
Palabras guardadas.
Silencios que pasan desapercibidos.

Recuerdos que valen la pena.
Momentos sublimes.
Risas compartidas.
Llantos solitarios.

Encuentros que no sucedieron.
Desencuentros que marcaron tu vida.
Puertas que se cierran.
Sueños que se abren.

Historias que terminan.
Capítulos que se inician.
Penas que no merecías.
Regalos que no esperabas.

Golpes que enseñaron.
Errores que por ser cometidos sirvieron de ejemplo.
Deudas que aún no fueron pagadas.
Recompensas tardías.

Sentimientos incompletos.
Felicidad a medias.
Atardeceres que nunca llegaron.
Amaneceres fríos.

Canciones que son banda sonora.
Letras robadas para ser regaladas.
Cuentos con finales inciertos.
Versos que te dejan sin aliento.

Lugares con trozos de tu historia.
Ventanales para contemplarlos y extrañar.
Cambios de estaciones que renuevan suspiros.
Noches de desvelo junto al fuego.

Aprender a dar.
Querer recibir.
Conocer la impaciencia que provoca una espera.
Morirte de los nervios y la alegría cuando te dan ese abrazo.

Partirte en dos cuando el tiempo marca una despedida.
Volver a estar completo cuando llega ese día.
Reconocer una huella.
Perderte en el camino por no esperar al destino.

Sufrir por eso tan simple que te negaron.
Rebelarte por lo injusto.
Volar con las alas rotas.
Llegar primero a la meta y no sentirte ganador.

Cartas que nunca enviste.
Un te quiero que callaste.
El perdón que no pediste.
El escalón que no subiste.

Discusiones con finales felices.
Verdades que lastiman.
Mentiras que disfrazan lo inevitable.
Valores que rescatan lo perdido.

Un toque de imaginación.
Un alto en la rutina para no aburrirte.
Sonreírte sin motivos.
Andar sin formalidades.

Caminar descalzo.
Ir a la luna con una serenata.
Mariposas en la panza con sólo una mirada.
La última llamada del día para sentir que alguien te cuida.

Amores de tu vida.
Hermanos de sangre y del alma.
Seres impresionantes, la fortuna de haberlos conocidos, y que aún sigan a tu lado.
Ausentes esperando llegar a tiempo a la fiesta de un encuentro.

Si al igual que tus jeans tiene algún remiendo es porque la estás usando, la vida es para gastarla, no para ahorrarla ni quedarte con el cambio.