Por fin llegaste, y de la mano trajiste una fecha especial vestida de aniversario. Aliado de mis musas. Pincel de mis mejores imágenes. Ladrón de mis más profundos suspiros, se los robaste a mi alma sin darme cuenta. Compañero en el más perfecto de los silencios. El que hace de la nostalgia una fiesta con cada atardecer color naranja, donde el sol parece derretirse, y cae poco a poco confundido entre las hojas amarillas que se dejan seducir por el viento, y se van tras el amor de su vida, o se sumergen en una eterna soledad, pero vuelan y se arriesgan a querer buscar, y lo más importante querer encontrar.
Otoño estación mía, nunca hables de nuestros secretos, no le digas a la luna porque me cuesta tanto mirla a ella, y me refugio en el cálido abrazo de tu abrigo. Jamás cuentes quien me provoco aquella tímida sonrisa, y jamás digas porque me viste llorar aquella tarde junto al río.