Hace cuatro años se apagó tu vida pero se encendió algo para siempre: tu maravilloso recuerdo inmortalizado en tu voz.
Mi egoísmo aún se pregunta eso que no tiene respuesta y provoca una solitaria lágrima, porque se te extraña mucho, se te piensa siempre, y se te quiere un poco más todos los días.
Gracias por tu hermoso ejemplo, por tu vida, y por tu ser.

Soraya
-Por ser quien soy-