Con la mente en blanco por un breve eterno instante, todo en mi cabeza se perdía: recuerdos, números, momentos, canciones aún no escritas, sueños rotos que con los parches aún guardan la posibilidad de hacerse realidad. Todo se detuvo, una mezcla de miedo e impotencia me dejaron perdida.

A pesar de la oscuridad mental en la que me encontraba no estaba sola, ahí estaba ella tan gigante como siempre, con su voz celestial y su razón para creer me devolvió a la realidad con un trozo de paz entre las manos.

También estaba él que vino a recordarme que en la sangre que corre por mis venas está la fuerza de un espíritu, que siendo humano fue un ser elegido, y ahora en papel de ángel seguramente sus alas son las más brillantes y doradas.

Ambos estaban ahí para mí, con tan sólo cerrar los ojos pude ver lo que por un instante había perdido: la memoria. Con ella regresaron los cimientos en donde está la base de todo lo que soy, y de lo que he aprendido a pesar de que fueron lecciones con heridas, el lugar donde nací y las personas que hicieron de mí un ser que trabaja para superar los defectos y resaltar las virtudes.

Cuando regresé nada más agradecí, disfruté la brisa de dos pares de alas mimándome la cara, y me regalaron la posibilidad de cambiarle el polo a una situación y hacer que lo positivo me de dejara escribir estas palabras.

Rosana

-Mañana-

Álbum: A las buenas y a las malas