Me dormí y en mi trozo de cielo todo era gris. Cuando desperté, me habían prestado otro trozo de cielo, amanecí bajo dos realidades distintas; alguien me había regalado el arco iris en colores, y también lo vi en blanco y negro.
Alguien vio que aquí adentro llovía y me sacó a la calle bajo un manto de estrellas. Alguien notó que ya no miraba el milagro de las nubes, entonces...me tumbó el cielo para naufragar entre sueños.



Gracias Rosana por ese trozo de cielo y alma!!!