Lo peor o lo mejor de un final es eso, que se acaba. Para algunos será motivo de nostalgia, para otros el alivio de un estreno.
Todos hemos terminado y empezado, pero nada mejor que un comienzo. El final tiene un punto, el comienzo puede ser eterno, el final siempre encuentra una pared, el comienzo alas, el final te puede partir al medio, y el comienzo traer los remiendos, el final es llegar a destino, el comienzo perderse en lo desconocido.
El final nunca es: "y vivieron felices para siempre", en cambio el comienzo es la búsqueda constante de lo que conforma tu esencia.
Debo reconocer que hay finales sanos y necesarios, porque lo mejor de ellos es que traen de la mano un comienzo, y nunca terminar de empezar es el arsenal para caminar en esta vida de bombas, cañones y trincheras.