Aléjate: cuando un hilo de duda amarre mis pasos un instante antes de marchar.
Aléjate: cuando una mirada con reflejo de nueva oportunidad asome a mis ojos.
Aléjate: si en mi maleta aún no guardo aquella remera.
Aléjate: si en la mesa te encuentras con velas, flores, y como banda de sonido nuestra canción.
Aléjate: si en el ventanal se dibuja la luna, y una sombra necesite compañía.
Aléjate: si en el buzón encuentras una carta sin remitente, y con sello de declaración.
Aléjate: antes que el invierno sea la mejor excusa para pedirte un abrazo.
Aléjate: si en la suma de nuestros defectos pierdo la cuenta.
Aléjate: si me ves caminar por la misma playa, si ves que remarco mis huellas para que no olvides mis pasos.
Aléjate: si al regresar a casa te encuentras una nota, con la invitación a la fiesta de un nuevo atardecer.
Aléjate: si en el escalón alguien olvidó un disco de Serrano.
Aléjate: si ves que hice un pacto con el tiempo, y el reloj de arena tenga granos demás.
Aléjate: si con los remiendos intento arreglar el viejo abrigo, para que lo podamos volver a usar.
Aléjate: si me pierdo en la calle de los momentos en busca de aquellos extraños, y el eco de sus risas.
Aléjate: cuando el peso de un sentimiento incline la balanza en favor de la permanencia.
Aléjate: si la luna rota intenta llenarse y completarse, con la complicidad de dos almas y un suspiro compartido.
Aléjate: si por aquella vieja vía, el tren vuelva a pasar con cada cambio de estación.
Aléjate o aléjame si en silencio o a los gritos, con mi voz o por escrito, con señales o canciones, te insinúe que me quiero quedar.