Hace tantas golondrinas que te extraño.
Hace tantas miradas que no veo tus ojos.
Hace tantos comienzos y no doy con tu encuentro.
Hace tantos atardeceres que el sol no me refleja.
Hace tantas olas que el mar no ve tus huellas.
Hace tantos naufragios queriendo encallar en tu orilla.
Hace tantas noches de deseos, y ninguna estrella fugaz.
Hace tantas citas impuntuales, y la taza de café frío esperando la calidez de unas manos.
Hace tantos amores que no digo te amo.
Hace tantos suspiros que el alma no se asoma por el ventanal una tarde de lluvia.
Hace tantas lunas que la noche reposa en una guitarra sin motivos, ni inspiración.
Hace tantos labios que no recuerdo lo que es besar.
Hace tantas palabras que el silencio pronunció.
Hace tantos susurros que no soplan tu nombre.
Hace tantas flores que la primavera pasa sin aromas, ni colores.
Hace tantos otoños que la brisa junto con las hojas no desordena, ni juega con mis emociones.
Hace tantas imágenes donde mí historia la dibujan otros.
Hace tantas caricias que una piel olvidó eso que la hacía erizar.
Hace tantos abrigos que ninguno le cabe a mi cuerpo, y el alma en cueros también en lista de espera.
Hace tantos azules que mi paleta quitó ese color, tal vez mis sueños se pintaban así.
Hace tantos relojes y ningún segundo se detiene a pensar en mí.
Hace tantos finales, algunos tristes, otros felices, pero ninguno a mi medida.
Hace tanto, hace mucho, hace siempre, hace hoy, y yo aún; en la misma estación espero.
  


Rosana Arbelo
-Descubriéndote-