Hoy que no estás le pregunté al cielo ¿Por qué? Y las estrellas empezaron a regalarme destellos de luz, entonces comprendí que estabas ahí, y los que brillaban eran tus ojos con la complicidad de tu sonrisa.
Hoy que no estás es inevitable la contradicción, el llanto y la risa asoman en cada recuerdo, en cada canción.
Hoy que no estás en la tierra ya no se marcan tus huellas, pero las nubes se han convertido en la alfombra de tus pasos.
Hoy que no estás el otoño me pinta la nostalgia a su antojo, y las hojas bailan con el viento al ritmo de mis suspiros.
Hoy que no estás me encontré con alguien que necesitaba paz, le hablé de tu voz, y le regalé aquella…tu canción.
Hoy que no estás hay muchas gargantas amarradas por un nudo, y almas que vuelan juntas impulsadas por tu nombre.
Hoy que no estás los instrumentos no quieren salir de su letargo, tal vez por miedo a otras caricias, a que no sean tus manos.
Hoy que no estás cuantas ventanas cerradas, cuantos balcones a oscuras, y cuantas lunas rotas sin serenatas.
Hoy que no estás los pimpollos del rosal no quieren abrir, el violín que los despertaba no ha vuelto a encenderle los pétalos con el susurro de sus notas.
Hoy que no estás tres duendes y sus musas me preguntaron por ti, les dije que te paseabas en cada color del arco iris.
Hoy que no estás el pasado duele, el presente añora, y el futuro tiene que ser memoria y herencia.
Hoy que no estás supongo que está permitida la tristeza, te prometo que mañana de la mano de tu espíritu vuelvo a sonreír.
Hoy que no estás mi condición de simple mortal no me deja hablar, sólo escribirte dos nostalgias y tres suspiros.
Hoy que no estás debo admitir que no te puedo soltar, no sé hacerlo, busco retenerte en una vieja guitarra, y un libro de cuerdas rotas con la obra más hermosa del mundo, la que escribiste desde el alma.
Hoy que no estás me gustaría pedirte perdón por mis días de rabia e indignación, por no poder ver las cosas desde tu perspectiva tan única, tan positiva, tan angelical.
Hoy que no estás algo duele y no sé bien que es, pero duele y mucho, hoy que no estás nada pasa y a la vez ocurre todo. Hoy simplemente no estás y no sé a quien reclamar, a quien preguntar, en donde refugiar esta pena, sólo puedo juntar mis manos entre tus canciones y una oración intentar rezar, y que esta melodía te roce las alas para contarte cuanto se te puede extrañar.