Se puede hacer caminos partiendo antes que el alba para evitar las despedidas. También se puede hacer caminos quedándote en un lugar, y lo que cambia es algo en tu interior y desde ahí comenzar a andar.
Andar sin prisa, a paso lento, para llevarte de cada instante algo para siempre.
Andar aunque tus pies tengan raíces, y llegar más allá del infinito entre miradas largas.
Andar sabiendo que la tierra gira y que si emprendes la marcha por el norte, alguna tarde de otoño llegarás a las puertas del sur; pero no dejes de estar atento, puede que el sur te vaya susurrando palabras de amor para llegar puntual a su encuentro, entre atardeceres matizados de naranja y amarillo.
Andar con los ojos cerrados y el corazón abierto, apretar los puños para aprender a soltar, y luego volver a amarrar los hilos de un comienzo.
Andar ligero de equipaje, para cuando encuentres eso a la medida de tu talle, lo puedas empacar.
Andar por andar, es preferible no tener un lugar a donde ir, a quedarte solo y frío, mejor perderte para rescatarte, mejor encontrarte para saber que buscar.
Andar con algo de inspiración en un bolsillo, por si un tropiezo te hace caer en los brazos de una canción.
Andar cargando una sonrisa, nunca se sabe a quien se puede iluminar con ese brillo, o quien te puede encantar si te devuelven el destello con otra sonrisa.
Andar con paciencia, tal vez te tardes en llegar a esa playa, o nunca lo hagas, pero a orillas de una espalda también se puede encallar.
Andar con un ramo de sentimientos para regalar, siempre hay urgencias de recibir y dar.
Andar sabiendo ser olvido y también recuerdo, sabiendo ser pasajero y eterno, sabiendo ser libre y prisionero de las alas del que te impulsa a volar lejos.
Andar con los pedacitos de un corazón roto, igual late, igual siente, igual quiere, y aunque no tenga repuesto el remiendo de algún detalle lo puede volver a armar.
Andar sin esperar que pase nada, y a la vez queriendo que ocurra todo, andar con las caricias de los rayos del sol, y el abrigo del manto de la luna, andar con la mirada al cielo, nunca se sabe que puede pasar en la tierra, con las estrellas fugaces danzando al ritmo de tus deseos.


Rosana Arbelo
-Gira-
Álbum: Rosana