Improvisar para ti



Intenté tomar mi guitarra para darle banda de sonido a un instante y la melodía nunca llegó. Intenté desnudar versos para abrazarlos en una canción, pero las musas prefirieron desfilar entre ángeles y duendes.
Intenté convertir un papel en blanco en una carta, mi pluma nunca encontró esas palabras y prefirió el silencio, un sobre vacío con un puñado de suspiros se quedó esperando el viaje que nunca llegó, no puedo ser el guardián de la carta y las palomas mensajeras nunca fueron puntuales.
Intenté expresar y no pude, pero aprendí que hay que ir más allá del intento, es por eso que hoy me encuentro improvisando para ti.
No soy músico, pero en eso de la percusión son profesionales los latidos de mi corazón.
Soy algo torpe, y caerme en tus ojos de miel lo hago por distracción y también con toda la atención.
El poder de tu voz despierta todo aquello dormido, y es imposible no elevarme entre tanta paz y pasearme por las nubes.
Perderme en lo desconocido y también en lo sabido es un motivo para amarrar mis pasos a tus zapatillas.
Creí que el camino a casa estaba detrás de una puerta, y mi hogar es un gran ventanal donde la calidez de tu alma se abre de par en par.
No siempre se puede alcanzar lo que soñaste, pero es la misma realidad la que un día te cuenta que a veces  puede ser más hermosa de todo lo que imaginaste.
Soy puntual, pero casi siempre me tocó no llegar a tiempo, hasta que un día las señales detuvieron el reloj, y yo estuve ahí cantando con alguien más esa canción.
Un viaje con destino a una noche de arte y talento, me hizo regresar con otro trozo de cielo en la mochila.
Quise improvisar para ti, pero creo que lo hice por mí, y fue gracias al regalo de tu inspiración que me perdí, y ya no vi si el azul era del cielo o del mar, sólo reconocí un color matizado de mil maneras en tu mirar.


Eros Ramazzotti
-Amor en contra-

La chica de...


Caricatura: Alejandra Ochoa

Hay una chica que a veces suelta las amarras y se eleva hasta las nubes. Hay una chica casi azul, que también se pinta de miel para arroparse en un verso y desnudarse en la luna.
Hay una chica que viajó al cielo, se subió a una estrella para fugarse a cumplir sueños y deseos.


Sandra Mihanovich
-Es como-

No me sueltes



No me sueltes aunque yo sea noche, y el alba amenace con iluminarme.
No me sueltes aunque yo sea recuerdo, y la memoria traiga al presente el olvido.
No me sueltes aunque yo sea poema, y la obra más importante de tu vida sea una canción.
No me sueltes aunque la nostalgia de mi día de lluvia no te deje ver el arco iris.
No me sueltes aunque yo sea otoño, y tu alma de golondrina tenga que emigrar a lo cálido de otros cielos.
No me sueltes aunque mis intentos de declaración sean algo torpes, y no lleguen puntuales al próximo baño de luna llena.
No me sueltes aunque yo sea huracán, y en la orilla de tu playa sople la brisa más suave.
No me sueltes aunque yo sea un cuento sin inicio, y tu vida sea una película con un final para siempre.
No me sueltes aunque yo sea lágrima, y se empañe la mirada donde se reflejan tus ojos.
No me sueltes aunque yo sea alas, y tú raíces.
No me sueltes aunque yo sea silencio, y tus palabras bailen entre muchos sonidos.
No me sueltes aunque mis brazos se cierren, y tus abrazos vivan encendidos.
No me sueltes aunque olvide el regreso a casa, y tú dejes una señal al pie del ventanal.
No me sueltes aunque yo sea desierto, y rompa el instante en que deshojas margaritas esperando una respuesta.
No me sueltes si no digo te amo, los sentimientos mudos suelen ser perfectos, y esa perfección a veces nace desde el silencio.


Sandra Mihanovich
-Dame un minuto más de ti-

¿Sueño?




No conocía el lugar, tampoco si era un ángel y si alguien lo podía ver o sentir. Sólo sé que sucedió en el 2004, y que un susurro llegaba para marcar un encuentro, que tal vez con la complicidad del calendario, los granos de arena de aquel reloj, o gracias a unas manos acariciando una guitarra hasta llegar a la perfección se podía dar.
No sé que o quien va a propiciar esa cita, mucho menos el espacio físico, si ocurrirá en la tierra o el cielo, si una mirada apagará un eterno final para darle luz a un comienzo, si estará en las notas de una breve canción el largo instante que te indique que llegaste a ese lugar.

Yo no sé si esta historia real que aún no existe es para ti o para mí, de lo que si estoy segura que es algo para compartir, algo para dos, algo para sacudirte por dentro y desembalar el corazón.


Eros Ramazzotti
-Fábula-