Eres gigante sin ser grande,
gigante para los que saben ver,
enorme para los que has de querer.
Un ser gigante, oculto y anónimo,
lo descubres con el alma, y se esconde ante los ojos.
Un gigante dispuesto a dar su todo,
ese todo puede ser nada si no conoces el verdadero significado.
Tu apariencia te acerca a la vida terrenal,
pero tu esencia te aleja de los mortales.
¿Ángel? ¿Especial? ¿Diferente?
Si, si lo eres, aunque yo prefiero llamarte gigante,
es que tu interior ocupa un lugar después del infinito,
y tu exterior protege ese tesoro.
Gigante, tu timidez y humildad intentarán convencerme de lo contrario.
Pero eres gigante, para mi lo eres,
aunque vaya vestida de pequeña.
gigante para los que saben ver,
enorme para los que has de querer.
Un ser gigante, oculto y anónimo,
lo descubres con el alma, y se esconde ante los ojos.
Un gigante dispuesto a dar su todo,
ese todo puede ser nada si no conoces el verdadero significado.
Tu apariencia te acerca a la vida terrenal,
pero tu esencia te aleja de los mortales.
¿Ángel? ¿Especial? ¿Diferente?
Si, si lo eres, aunque yo prefiero llamarte gigante,
es que tu interior ocupa un lugar después del infinito,
y tu exterior protege ese tesoro.
Gigante, tu timidez y humildad intentarán convencerme de lo contrario.
Pero eres gigante, para mi lo eres,
aunque vaya vestida de pequeña.
6 comentarios:
Vane:
Los gigantes y los ángeles terrenales siempre se disfrazan de personas comúnes y corrientes ante los ojos de los demás, precisamente porque gran parte de su encanto radica en que las personas aprendan a descubrir lo que en realidad esconden en su interior.
Creo también que existen muchos seres especiales entre nosotros (quizá mucho más de los que imaginamos), pero tristemente hemos perdido la capacidad de detenenos a observar lo que hay incluso en nuestro propio interior y por eso tampoco los podemos ver a ellos... Y lo más curioso e impresionante de todo es que a veces la esencia de lo que son está tan bien resguardada en su alma, que ni ellos mismos se llegan a creer lo que son.
No hace falta más que te coloques frente a ese espejo que tienes en tu cuarto para que te des cuenta de lo que digo y alcances a ver un poco de lo que aprendí a conocer yo.
Gracias por regalarnos un texto tan padre.
Conociéndote como te conozco y sabiendo todo lo que te removió la situación que te tocó vivir hoy, personalmente, creo que ese GIGANTE tiene nombre y apellido para vos. Y aunque no lo haya conocido, estoy segura que heredaste mucho de ese GIGANTE, y que va mucho más allá de los genes.
Besitos, te quiero mucho.
En estos días, en que seres tan distintos (y sin embargo gigantes) rondan nuestros espacios, nuestros entornos, me encuentro con esta joya (una más) de tu pluma mágica, que me acerca a tu verdad.
Ubicaste muy dentro a tu gigante... muy dentro de mí.
Gracias
Preciosa composición amiga Vane.
El mundo esta lleno de esos benditos gigantes, anónimos.
Un abrazo.
Tu eres gigante queria Vane. Nos regalas unos textos no me dejan nunca indiferente...es más me dejan pensativa y en estos días en que estoy algo tristoncilla, me viene de perlas.
Un besito grande
Que bonito!!! conforme lo leía, a voz de pronto, pensaba en una nietecita que tengo a mi lado, que hoy cumple 3 semanas...Y que en su tiena pequeñez, ahora para todos es el gigante que ocupa nuestros dias y nuestros corazones...
Pero tengo muchos gigantes en mi vid. Mi marido, mis dos hijos...y fíjate, caben todos, ¿no es maravilloso?
Gracias por recordármelo.
Me ha gustado tu blog, volveré,
Voy a ver otras entrada tuyas.
Un beso
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