Foto: Vanessa R. / Patitas: Tobías
Si se cierran puertas, si las cortinas le niegan la entrada al sol, si la lluvia no penetra en tu coraza, si se juntan la tierra con el cielo y no ves la salida, si se mojaron tus alas, si se secaron tus impulsos, si te dieron la espalda, si todo pasa y nada se queda, si nada llega y todo es una espera, seguramente para alguien siempre serás "bienvenido".
6 comentarios:
Pues es que la vida se compone de muchas cosas, hay veces que puede ser bastante dura, pero nada es permanente. Creo que lo que te va haciendo fuerte es lo poco con lo que te puedes quedar y atesorar (Se sabe a la perfección que cosas son las que son de este tipo y son las que se van guardando dentro de ti).
Algunas personas lo encuentran en alguien, otras en algo, otras pueden no tener nada, pero en el camino encontrarse y aferrarse de algo o simplemente de todo lo que les pusieron en su interior.
Otras -que tienen más suerte- encuentran eso en seres que muchísimas veces son mucho mejores que un humano y por suerte existen algunos alrededor...
La canción de Laura es hermosa y el video también. En esta época en que a nadie le importa nada, hacen falta gente que cante canciones como esta que te regrese las ganas de confiar y creer.
Como siempre una imagen hermosa, acompañada de un texto breve que da mucho para pensar y reflexionar.
TQM
Una buena dosis de esperanza...
saludos
Afortunadamente así es pero es de agradecer que lo recuerdes y lo compartas,,,,así que por mi parte te digo
"Bienhallada"
Saludos
Vane:
Paso a agradecerte la visita a mi blog, la verdad es que es un honor que alguien que escribe como tú, se tome el tiempo para leer lo que yo he elegido para compartir.
Sobre el tema que tocas en este post, a mi en lo personal me pone a pensar en todos los pequeños detalles con los que una persona te puede demostrar que eres bienvenido.
Un abrazo, una mirada, una llamada a la distancia, o una simple sonrisa son pequeñas e invaluables evidencias de que alguien se alegra de contar contigo y de que estés siempre ahí.
Gracias por tu visita y ¡eres bienvenida tu también!
Al igual que en el blog de Martha vine para agradecer tu visita y conocerte.
Vaya! me encontré con un lugar muy trovador, con música, tu estilo se siente con música, y el azul le da un gran marco.
Así como te respondí tu comentario en mi blog, te lo repito acá. La película posesión es hermosa, porque me encantó y porque se basa en literatura y cartas es que aparece en el blog. Es una película que se la sabes apreciar y disfrutar se puede volver de tus favoritas.
Gracias y un saludo
Otra vez yo, como siempre por aquí, porque el Viernes que venía de camino a mi casa, como otras veces me pasa, iba pensando en tu post y en todo lo que representa ser "Bienvenido" y entonces me acordé de la parte del libro I de Caballo de Troya, que describe el primer encuentro de Jason con Jesús de Nazaret y se me ocurrió compartirlo contigo aquí:
"El Maestro fue a sentarse al filo de la piscina central, sobre uno de los taburetes que alguien había rescatado del «comedor». Los hombres, mujeres y niños se arremolinaron a su alrededor.
Los rayos de sol incidieron entonces sobre su rostro y quedé maravillado. El contraste con aquellas caras endurecidas, sembradas de arrugas y avejentadas de sus amigos y seguidores, era sencillamente admirable. Su piel aparecía curtida y bronceada.
Tímidamente fui asomándome por detrás de la pilastra. Jesús, a poco más de cuatro o cinco metros, levantó repentinamente su rostro y me perforó con su mirada. Una especie de fuego me recorrió las entrañas. Ante la sorpresa general, el rabí se levantó, abriéndose paso entre las personas que habían empezado a sentarse sobre los ladrillos rojos del pavimento. Las rodillas empezaron a temblarme. Pero ya no era posible escapar. Aquel gigante estaba frente a mí...
Jamás olvidaré aquella mirada. Los ojos del Galileo -ligeramente rasgados y de un vivo color de miel- tenían una virtud singular: parecían concentrar toda la fuerza del Cosmos. Más que observar, traspasaba. Unas pestañas largas y tupidas le proporcionaban un especial atractivo.
La frente, despejada, terminaba en unas cejas rectas y suficientemente separadas. No pestañeó. Su faz, apacible y tibiamente iluminada por el sol, infundía un extraño respeto.
Levantó los brazos y depositando unas manos largas y velludas sobre mis hombros, sonrió, al tiempo que me guiñaba un ojo.
Un inesperado calor me inundó de pies a cabeza. Traté de responder a su gesto, pero no pude. Estaba confuso y aturdido, emocionado...
-“Sé bienvenido”.
Aquellas palabras, pronunciadas en griego, terminaron por desarmarme. Había tal seguridad y afecto en su voz que necesité mucho tiempo para reaccionar.
El rabí volvió junto a la cisterna, mientras sus amigos le contemplaban en un mutismo total. Algunos de los discípulos rompieron al fin el silencio y preguntaron al resucitado quién era yo"...
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Yo te he contado que esta parte de ese libro me gusta mucho y me emociona cada vez que la leo, y tal vez pudiera no tener mucha relación con lo que tu escribiste, pero yo creo que sí... El caso es que tu post me recordó esto el Viernes y no te lo puse ese día, porque quería dejar ese fragmento del libro en tu blog.
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