No conocía el lugar, tampoco si era un ángel y si alguien lo podía ver o sentir. Sólo sé que sucedió en el 2004, y que un susurro llegaba para marcar un encuentro, que tal vez con la complicidad del calendario, los granos de arena de aquel reloj, o gracias a unas manos acariciando una guitarra hasta llegar a la perfección se podía dar.
No sé que o quien va a propiciar esa cita, mucho menos el espacio físico, si ocurrirá en la tierra o el cielo, si una mirada apagará un eterno final para darle luz a un comienzo, si estará en las notas de una breve canción el largo instante que te indique que llegaste a ese lugar.

Yo no sé si esta historia real que aún no existe es para ti o para mí, de lo que si estoy segura que es algo para compartir, algo para dos, algo para sacudirte por dentro y desembalar el corazón.


Eros Ramazzotti
-Fábula-